cómo las opciones limitadas te pueden ayudar a hacer lo que decidas.

Llevábamos la tarde andando por una de esas calles repletas de tiendas y de gente. Uno de los hijos de mi compañera de paseo, de unos siete años, iba recolectando los folletos de propaganda que encontraba por los diferentes sitios donde pasaba con la intención de llevárselos a casa. Mi amiga no veía claro eso de aumentar el volumen de papel de su adorada casa, pero sabía que si se deshacía de todo lo que su hijo había recolectado esa tarde tendría que lidiar con un enfado monumental y adiós la tarde anhelada de cine y diversión. 

Llegó el momento en que su hijo le pidió que le llevara los folletos porque estaba cansado de hacerlo él. Me miró con cara de ¿Qué hago? y le respondí con otra pregunta: ¿Qué quieres hacer tú? 

La respuesta fue clara: “Yo no quiero llevarle los papeles”. El primer paso ya estaba dado: decide qué harás, y hazlo. 

Ahora venía la segunda parte. ¿Cómo hago para decírselo de una forma respetuosa pero firme sin entrar en una lucha de poder e ir al cine de manera tranquila? 

Segundo paso: ofrece opciones limitadas.  

Así que, mi amiga probó que tal iba esto de las opciones limitadas. Le informó a su hijo que había dos opciones: una era que él llevase sus papeles y la otra tirarlos a la basura. En un primer momento, su hijo no entendió bien eso de que su madre no se lo llevaría así que ella volvió a repetir el mensaje que había dos opciones, una de las cuales era llevarlos él o si no los quería, deshacerse de ellos. 

El hijo lo pensó unos segundos y decidió llevarlos él. No obviaremos que intentó proponer una tercera opción que era ir al coche a dejarlos antes de ir al cine, pero su madre con amabilidad y firmeza a la vez le recordó que esa opción no estaba propuesta. Así que, durante todo el trayecto hasta el cine y la vuelta hacia el coche él se hizo cargo de sus papeles. 

Mi amiga hizo lo que había decidido hacer: no llevarle los folletos a su hijo. Y, su hijo pudo responsabilizarse de sus decisiones. Los folletos acabaron en casa, pero la madre del niño respetó su propia decisión de no llevar los papeles y respetó la decisión del niño de quererlos llevar al hogar, pero responsabilizándose de ellos.  

Cuando te encuentres en una situación parecida, recuerda: date tiempo para pensar qué quieres hacer y buscar la mejor estrategia que te permita ser respetuoso con los tres elementos implicados: tú mismo, tú hijo y la situación.

 
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¿Por qué necesito conectar con mi hijo antes de intentar razonar?